Turba confusa e insolente
temerosa
hay mañanas que te observo tan distante
y tengo que interactuar contigo
comer panes, contar monedas
decir buenos dias al instante
colgado en una nebulosa
solo mis ojeras llegan a ti.
El sol y la ciudad vertical dañan
los cuadrados por donde circulamos
falsamente disfrazados de algo
las apariencias y mentiras
clavadas en mente y pecho
que tornan la cabeza abajo
mirando el gris suelo en tus pies
mientras los problemas te acompañan.
Cae la noche y sube el deseo
de escapar de nuestros trajes
volar, vehemenciar, escuchar mentes
poner luces vislumbrando historias
dandonos cuenta que somos lo mismo
hemos sido embaucados.
Quien nos quiere separar?
quien pone el arrepentimiento a la mañana siguiente?
maldiciendo el cielo diafano o brumoso y las nubes
quien ordena este tablero
extrañamente inclinado a la extincion
que me recuerdan
que debo acabar con los lunes
y las mañanas
que me separan de ti
turba indolente y entrañable.