viernes, 8 de agosto de 2008

Turbados


Turba confusa e insolente

temerosa

hay mañanas que te observo tan distante

y tengo que interactuar contigo

comer panes, contar monedas

decir buenos dias al instante

colgado en una nebulosa

solo mis ojeras llegan a ti.


El sol y la ciudad vertical dañan

los cuadrados por donde circulamos

falsamente disfrazados de algo

las apariencias y mentiras

clavadas en mente y pecho

que tornan la cabeza abajo

mirando el gris suelo en tus pies

mientras los problemas te acompañan.


Cae la noche y sube el deseo

de escapar de nuestros trajes

volar, vehemenciar, escuchar mentes

poner luces vislumbrando historias

dandonos cuenta que somos lo mismo

hemos sido embaucados.


Quien nos quiere separar?

quien pone el arrepentimiento a la mañana siguiente?

maldiciendo el cielo diafano o brumoso y las nubes

quien ordena este tablero

extrañamente inclinado a la extincion

que me recuerdan

que debo acabar con los lunes

y las mañanas

que me separan de ti

turba indolente y entrañable.