viernes, 23 de enero de 2009

La Torre



Varado en una dulce tranquilidad
vagando por momentos ya abstractos
recogiendo mi torrida siembra
hecha sobre una tierra fria y desierta
libremente encerrado en mi mente
dejando de pensar en lo que pudo ser
dejando vacios mis laureles dorados
coloco ladrillos cada vez mas altos
esquivando la multitud de golpes
que la vida una vez acerto.


En un retiro despreocupado
caido y descolgado del yugo del mito
de ritos inútiles del mundo domado
en mis cartas la torre siempre ha estado
y los recuerdos dudosos siempre destiñen
aunque a veces piense en ella
cuando mis dientes muerden mi piel.


Desconociendo los glaciales donde fue creado
con el agua mas pura, el sol mas cercano
finalmente mi amor fue cayendo
por el rio sinuoso
que saciaba a medias
su loca sed
llegando ya disgregado
al mar profundo de la extinción.


Tanto volver
como agua evaporada
tanta locura
pudo costar nuestras miradas
pero no hay infortunio
en reencontrar el propio ser.


Quizas debio quedar lejos
en una torre encerrada
pero anda por ahi
donde todos rien
quizas debio quedar alto
en mis laureles galardonada
pero deambula por ahi
donde todo para mi muere.



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