Sombras trasponen sombras
mientras descendemos
por los espacios que dejan
los luminosos cerros
que por Elqui siempre estan
de gala.
Bailamos junto al rio
que se llevo nuestros maleficios
sacudidos esta tarde
por el viento estrellero.
Su brillo es diafano
como la nueva mirada
que nos han entregado,
aquella que antes poseiamos
y que nos fue arrebatada
por el yachao way of life.
Y es que bastaba volver a juntarnos
para que las cosas
volvieran a hablar con nosotros.
Descendemos
sobrecargados de menos cosas,
baterias llenas
de espiritus que del coma salen,
palabras que a galopar vuelven
en lenguas de sabiduría mojadas,
sentimientos siempre sobregirados
porque no hay interes en el futuro,
felicidad derramada en lagrimas
cardiopuñales que nos invaden
cuando alguien se ha encontrado.
Nuestras figuras alargadas se reflejan
en las ventanas y en las montañas,
montañas que ahora
se transforman en colinas,
ventanas que cierran y dicen
que la fiesta de los valles
se acaba
hasta otra
sacra oportunidad.
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